¿Sabías que…?
Al construirla el pueblo musulmán recicla piezas del teatro romano que se encuentra a sus pies, la mayoría en mármol, para ahorrar costes y tiempo. Por el recorrido interior podremos observar columnas, capiteles y otras piezas que rompen la estética general del edificio.
y significa ciudadela o fortaleza urbana.
En la Alcazaba, los silos eran profundos depósitos excavados en la roca viva de la montaña, con forma de cuello de botella, diseñados para almacenar alimentos y resistir largos asedios sin que la falta de provisiones forzara la rendición. Al esculpir estos espacios en la roca, se evitaba que la humedad afectara el grano y demás alimentos, manteniéndolos secos y en buen estado. Hoy en día se pueden observar dos: uno cerca de la Plaza de Armas, a la derecha de la entrada, y otro en el patio principal del Patio de los Surtidores. Se sabe que existían más silos, pero algunos fueron cegados por su mal estado y otros, como el que se encontraba frente a la salida de la Torre del Cristo, quedaron destruidos. Cuentan que en la última etapa los silos conforme se quedaban vacíos se reutilizaban los espacios como calabozos para retener en ellos prisioneros cristianos.
su desarrollo se extendió a lo largo de varios periodos. A medida que avanzaban los años y las estrategias y armamentos militares evolucionaban, la fortaleza fue adaptándose mediante sucesivas ampliaciones y modificaciones. En su última fase de construcción, se incorporó al conjunto fortificado el Castillo de Gibralfaro, mejorando significativamente su capacidad defensiva y convirtiendo ambos en un sistema de protección clave para la ciudad.
La alcazaba no solo era una fortaleza, sino también un importante centro gubernamental. En la parte superior, protegidos por el último anillo amurallado, se ubicaban los palacios, donde residía el gobernador o la persona encargada de la administración de la ciudad de Málaga. Este espacio no solo cumplía funciones militares, sino que también era el centro de poder político y administrativo durante la época musulmana.
La Alcazaba de Málaga abarca un total de 14.208 m², una extensa área que combina espacios edificados y no edificados. De estos, 6.994 m² están ocupados por edificaciones, mientras que 7.214 m² permanecen como terreno libre, probablemente utilizado para la expansión de la fortaleza y sus jardines. Dentro de la superficie edificada, se distinguen dos grandes áreas: 3.478 m² corresponden a construcciones de carácter civil, que incluyen residencias y espacios administrativos, mientras que 3.516 m² están dedicados a la infraestructura militar, como murallas, torres y otras estructuras defensivas que aseguran la protección de la fortaleza. Esta distribución refleja la dualidad de la Alcazaba, que funcionaba tanto como residencia del gobernador como un sólido bastión militar.
Desde el siglo xix hubo distintas corrientes, publicas y privadas que intentaron llevar a cabo la demolición de la alcazaba y allanar ese monte para abrir la ciudad de Málaga al nuevo puerto. Este proyecto no se llevo realizó gracias que en 1931 se declara monumento histórico-artistico gracias a personas que lo promueven para que sea protegida.
En el barrio residencial, situado dentro del anillo que rodeaba la zona privada, se ha demostrado que las viviendas disponían de retretes y se abastecían de agua proveniente de un aljibe cercano. Este sistema de saneamiento era completamente independiente, con una infraestructura cuidadosamente diseñada que incluía atarjeas que recogían el agua y los desechos para, posteriormente, los detritos ser evacuados hacia el exterior, asegurando así la higiene y funcionalidad de las viviendas.
A principios del siglo xix, al quedar sin utilidad la alcazaba, la gente de Málaga empezó a edificar en ella sus casas utilizando la estructura del edificio o reutilizando materiales para levantar las paredes de sus viviendas. En 1820 se datan 113 viviendas y 431 vecinos dentro de este barrio.
En el año 1749, por real orden, debido a su gran deterioro y su inutilidad como edificio militar, se convierte en una prisión de mujeres de etnia gitana y sus hijos llegando a albergar mil doscientas presas. Esta utilidad se mantuvo durante dos años